Cultura y clima organizacional: Juntos, pero no amontonados

Hay un viejo refrán que, si mal no recuerdo, se acuñó en la Ford Motor Company, que decía "La cultura come estrategia para el desayuno", que usé en alguna publicación sobre cultura organizacional, y, si bien es cierto, hay otros elementos que se pueden comer a su vez a la cultura.

Hay un concepto relacionado a la cultura que muchas veces se confunde y es el clima organizacional, y, si bien este último está muy definido por la cultura, tiene otros factores que lo modifican.

En consultorías realizadas en clientes sobre su cultura, encontramos que los factores ambientales, tienen un impacto fuerte sobre la misma y muy a menudo están fuera del control de la organización.

Temas complejos como la economía general, la situación en el mercado de la empresa, el precio de las acciones, el clima social, los artículos de noticias y los comentarios de los clientes sobre los productos, impactan fuertemente en la cultura, hasta incluso, cambiarla temporalmente.

Por lo tanto, si bien la cultura debiera definir el clima organizacional, no lo hace por completo y, más aún, debiera estar preparada para lidiar con los factores externos que lo modifican.

El clima organizacional se puede asimilar al clima físico, tomando como ejemplo de la realidad, una visita a la misma empresa, en pleno verano con días similares, pero con la diferencia de tener en la segunda visita, el aire acondicionado central descompuesto.

Durante la primera visita, todos con los que me tocó hablar en esta instalación tuvieron una gran actitud, mucha predisposición y fue muy fácil conversar con ellos durante el proceso de consultoría, algo totalmente relacionado con su cultura.

En la segunda visita, todo cambió y fue mucho más difícil trabajar porque el tono o actitud subyacente que noté en todos fue el de mal humor, una lucha por terminar el día, y el diálogo, antes abierto con mis interlocutores, fue limitado en el mejor de los casos.

Vale este ejemplo para cualquiera de los factores externos antes mencionados.

Esto sucede porque, según mi humilde opinión, la cultura y el clima tienen puntos de partida opuestos y se afectan mutuamente.

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