JUAN DEL PRETE|COLOR Y FUERZA EN SU OBRA

#DanielOtero #JuanDelPrete.- Deseo compartir con mis lectores la obra de #JuanDelPrete, y me encuentro que sigue transmitiendo esa sensación de alegría inicial -

En el primer caso, vamos hacia la búsqueda de la belleza, y nos aproximamos al arte de Grecia y del renacimiento. Mientras que, en el segundo caso, estaremos más cerca de los primitivos, término con el cual suele englobarse no solo a los propiamente tales, sino a todo aquello que escape a los cánones de ese arte esencialmente mediterráneo y que configura lo clásico.

América, desde sus grandes obras maestras del período precolombino hasta nuestros días ha demostrado tener una tendencia interior que busca manifestarse con acento muy propio y que dialoga con el artista impulsándolo a obtener vibraciones poderosas que como diría Lao Tse no figuran en otros mapas.

Dentro de esta modalidad se manifiesta Juan del Prete, pese a su origen itálico. Si por herencia

 natural recibió implícita la tradición mediterránea su sensibilidad despierta le hizo captar esa fuerza continental que lo habita y que dio desde los comienzos de su carrera la resultante de un arte que nos golpea como a los gritos de un recién nacido. Como un vagido profundo que emerge de las lateralidades de la tierra en su conmoción metafísica.

A lo mejor, fueron esos comienzos fulgurantes del color de sus pinturas, y a menudo caóticas de sus esculturas que lo hace como un himno a su vitalidad. Lo que más resulta sorprendente, es que este chisporroteo de energía primordial crece con los años, no solo en el público americano y argentino en especial, sino en el mundo y los coleccionistas, desmintiendo a la biología y recordándonos que para quienes pusieron su corazón en las cosas del espíritu escapando a la materialidad, la ley del crecimiento, no tiene fin.

Para nada.

Ni en esta vida, ni en la otra vida que vendrá.

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